miércoles, 26 de marzo de 2014





conforme estoy mirándote no hay sombras. 
Hay sólo líneas específicas
que van a limitarlo todo si tú las dejas. 
Tu nariz, la nariz de tus retratos, -buena conocedora 
de quién la está mirando- 
acaba en línea punta, y voy a dejar
que gustosamente me haga perder la tarde 
reescribiendo sobre sus líneas.
Si te miro durante largo rato 
soy amigo de la paranoia, y estás
viviente y coleando                         
y yo solo, hablo contigo yo solo. 
Vehemente y pecaminosa cual infierno en fiestas 
me ofrezco a tu imagen casi muerta 
y te entrego mis honores.
¡Línea roja y divina línea!
Cristal que no me refleja 
porque tengo el gusto distraído y mancho.
Línea fina como el movimiento inerte 
de los ojos que siempre están del otro lado,
dame la ocasión, 
solicito ser la línea que te complemente.
Seamos como el amor 
envés del entendimiento: Infinito y largo.
Inmaculada y limpia 
alguien te ha colocado desde su forma de mirar, 
y sólo rechazamos el poder de otras mujeres 
porque tú no te mueves y yo miro para otro lado.
Linealmente atónito sobre tu fotografía 
lo que ayer me quitó el sueño 
hoy me ha salvado.