conforme estoy
mirándote no hay sombras.
Hay sólo líneas
específicas
que van a limitarlo todo si tú las dejas.
Tu nariz, la nariz de tus retratos, -buena
conocedora
de quién la está mirando-
acaba en línea punta, y voy a dejar
que gustosamente me haga perder la tarde
reescribiendo sobre sus líneas.
Si te miro durante largo rato
soy amigo de la paranoia, y estás
viviente y coleando
y yo solo, hablo contigo yo solo.
Vehemente y pecaminosa cual infierno en
fiestas
me ofrezco a tu imagen casi muerta
y te entrego mis honores.
¡Línea roja y divina línea!
Cristal que no me refleja
porque tengo el gusto distraído y mancho.
Línea fina como el movimiento inerte
de los ojos que siempre están del otro lado,
dame la ocasión,
solicito ser la línea que te complemente.
Seamos como el amor
envés del entendimiento: Infinito y largo.
Inmaculada y limpia
alguien te ha colocado desde su forma de
mirar,
y sólo rechazamos el poder de otras mujeres
porque tú no te mueves y yo miro para otro lado.
Linealmente atónito sobre tu fotografía
lo que ayer me quitó el sueño
hoy me ha salvado.