lunes, 13 de julio de 2015




ante la primera mujer callé cosas importantes. 
Siempre era otro el imperdonable, 
el bochornosamente arrepentido, y siempre era otro 
quien, huidizo, pisaba sus jardines a destiempo. 
Apenas dos palabras cordiales y las dos para pedir auxilio.
Ha pasado el tiempo y este poema no es el mío. 
Ha pasado el tiempo y algunas mujeres 
hasta la mujer que ahora miro y quiero, 
la que estas noches de verano me roba el sueño, 
la que cuando insinúa que pronto volverán las musas
una semana es un vacío incontenible 
y yo callo cosas importantes.