miércoles, 24 de diciembre de 2014




vestida de niña roja, la de los dos corazones, 
pasea desapercibida por los callejones.

La de la mirada sola y los cabellos infinitos.
Nadie la mira, yo no la hago caso.
Me dice que me tiene un corazón reservado.
El suyo para ella y otro para quien se atreva a mirarla.
Con sus ropas de fiesta, amando desapercibida
a nadie mira, algunos la están llorando.

Vestida de niña roja, la de los dos corazones,
pasea desapercibida por los callejones.

A la niña de aquella noche, la de la sangre mía,
algunos, silenciosos, la estamos mirando.