domingo, 17 de julio de 2016




era medianoche
en el cristal callado y era fría
la escalera, yo quería de ti
todo lo que pudieras darme,
decías cosas que me inquietan
y que entiendo: Una leve sonrisa
brota de tu cara
mucho más leve que mi llanto.
El espíritu de Santa Bárbara
impera en aquellos montes.
Para cuando despiertes
yo ya no estaré mirando
la distancia
entre el balcón y el suelo
ni la amapola
ni el río.