jueves, 17 de julio de 2014





sin ceder,
ante la solemne mirada
de la única nube oscura
en todo un inmenso y cercano 
cielo azul, desbordante de temor 
cuando más timidez advierten 
sus matices escondidos.
Henchido de paciencia, 
en una lucha diaria 
por mantener encendido el fuego,
a través de un cristal callado,
supe hacer mío
el inconquistable placer de la espera
en un complicado hacer todas las tardes.
Así te esperaba, como te espero.




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