martes, 9 de mayo de 2017
antes de no existir. Antes de hacer
como que existía ya se reía de nosotros:
pero hazlo con cuidado, decía, y se le
llenaba la boca de ese ininteligible
hazlo con cuidado. Nunca supimos
qué quería decir. Sólo un sabor amargo
en nuestros labios malacostumbrados
nos recuerda a diario que nunca existió,
súplica a súplica, derrota tras derrota.
lo bonito de las mañanas
lluviosas no es ese raro/siempre
por descubrir precioso comportamiento
que manifiestan los cuerpos cuando
se quedan a solas con el sonido de la lluvia
que los buenos recuerdos derraman
con la destreza pertinente sobre las losas
del patio, lo realmente bonito es la posibilidad
de hacer feliz a alguien, saber que puedes ser
el motivo de la inminente sonrisa de Gemma.
Pero de repente cuántas vueltas damos
sobre nosotros mismos, amable confianza
que tenemos en el otro. Cuántas veces
volveremos a pedir perdón por las cosas
más insignificantes, nimias, insustancialmente
pequeñas, por no incidir en el enredo,
cansados de regresar sobre nuestros pasos.
el olvidado por todos. La vida
en el agujero no es tan triste como
podáis pensar. Habéis hecho
de la costumbre poema como sueño
recurrente. Me llamarán victimista
y qué me importa / si no entiendo
a la mujer que amo y no puedo
ayudarla. Todo lo que quiero
se ha convertido en un sueño malo,
tantos pasos en falso, tanto
mal escribir lo que me duele.
Habéis huido. Animales negros.
arrepentido
/de tanta vida de tanto haber
visto a mamá que llora y pide perdón
por estar contigo hasta el final
que nadie quiere tanta pena
que la mujer que amas
marcha de manos de un hombre
inexistente y con la frente alta
como la poesía / arrepentido
infiel y enfermo de sí mismo
y de animales muertos pero
sonríe, no sabe porqué escribe
poemas tan malos ni porqué
sonríe.
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