igual te imagino esta noche como vieja estatua de
bronce señalada por el dedo majestuoso de la luna,
que como el buen rato de carne y piel caliente
que tienes bajo la insana luz de esta farola impía.
Te imagino igual taciturna que festiva, casta que
impúdica, salvaje que a salvo mía, y a ratos, señora,
luego de haberme dormido advirtiendo te imagino:
No voy
a pedir perdón porque esta noche
la
luna brilla muy poco, pero
cuando mires al cielo, y
sientas un escalofrío, estate seguro
de
que yo, más cerca o más lejos,
estoy
sintiendo lo mismo.
Así como arrepintiéndote de algo
o como si te hubieras ido.
..