martes, 1 de septiembre de 2015




una roca sola.
Sólo el murmullo del viento 
en el pinar. Tu nombre 
en mi pensamiento. Música.
Y sólo un amigo que duerme
la siesta, antes de regresar.



basta mirarte en forma de
recuerdo, al cabo de sólo un día
sin vernos, para respirar de las
extensas llanuras de lo perfecto.
Diosa embaucadora de mi calma
a la que pinto sueño y futuro,
que te lo digan las gentes de mi pueblo.
..
Pensar en ti mientras duermes,
en tus párpados entornados. Tempestad.



no es que te quiera y nada más
Es que te quiere tanto que quiere morir
para que no le llores Es que te mira y piensa:
si nubes reconstruidas junto a mi hogar de siempre,
hombres enamorados habrán de mirar la muerte
como manera de obtener lo que anhelan.



poema de la sobremesa y del cariño
que te prometo cuando todo lo que humildemente
puedo prometerte es permanecer callado y a tu izquierda.
No puedo domesticar tu sueño, eso lo sabes.
No soy romántico, me digo, y quiero ser poeta.
Te miro, en forma de recuerdo, y por el rabillo
de tu ojo me miras. Asientes con la cabeza al ritmo
de la música pero no te decides a salir a bailar.
Poema de todas las cosas que humanamente han
de resistir a lo que nunca escapa, nuestra voluntad,
a nuestro complicado hacer luz de una joven ignominia
que siempre fija sus ojos en el mismo lado.



esta era antaño 
la hora justa del arrepentimiento 
y la mentira, donde al conflicto interno 
no se le pregunta, donde hoy 
a todo nombro como niño que sabe, que ama. 
Bien hallado niño que espera, que confía.



cuando la presión cesa 
y el látigo se rompe / Entonces sucede 
-Introversión que a todos nos gusta-
en una casa que no es la nuestra