3.
y ahora qué
si no puedes negar tu fragilidad
el hilo que eres de lana
y que pende desdeñable de la lámpara
a merced de alguna brizna de viento de interiores
Si has de pedir ayuda
has de hacerlo cuanto antes
rebajarte a esa temida altura
porque esto es sólo el principio
El peso muerto que eres
cuando reconoces el infinito y lo miras con cautela
no vaya a ser que de allí no se regrese dices
Todos -hasta tú- quisieran que fueras
la motivación que te falta
el poeta
jamás el poema doloroso
y no más lágrima pisando los caminos
de la mano que seca el llanto.
y ahora qué
si no puedes negar tu fragilidad
el hilo que eres de lana
y que pende desdeñable de la lámpara
a merced de alguna brizna de viento de interiores
Si has de pedir ayuda
has de hacerlo cuanto antes
rebajarte a esa temida altura
porque esto es sólo el principio
El peso muerto que eres
cuando reconoces el infinito y lo miras con cautela
no vaya a ser que de allí no se regrese dices
Todos -hasta tú- quisieran que fueras
la motivación que te falta
el poeta
jamás el poema doloroso
y no más lágrima pisando los caminos
de la mano que seca el llanto.