lunes, 1 de febrero de 2016




I

Parecéis tan cómplices de todo
Hubieseis preferido no comprender a quien llamáis culpable
Quien más la requiere nunca quiso desprenderos de vuestra luz


II

No soy yo el responsable de cargar a las espaldas de Eme 
la especie de gusanillo verde que


III

como fantasía caprichosa se me ha subido y pesa y huele
como recién estrenado miedo

IV

Nunca
es cierto que su compañía nunca la hubiera imaginado 
mas digo que no seré deseo de la persona a la que quiero

que la parte más infranqueable del corazón sólo ella la rompe

V

y entra y permanece

VI

que ojalá tuviera algo de poético todo este recordarla 
este pintar su nombre en el aire sin condenar mis manos 
a la húmeda oscuridad del pozo de los rencores.