viernes, 19 de septiembre de 2014







hasta que saques por favor de mi pena 
lo que cualquiera saca de la alegría 
engañémonos, ¡Por dios!
Se parece a la relajación pagar 
al amor con vil moneda.
No a través de mí 
sino de vuestras trampas 
todo existe y todo 
a su vez se contiene
–sólo cuando mis ojos- 
de la verdad en un lugar 
recóndito. Es fácil 
ofrecerte al abandono 
cuando estás tú solo en el preciso 
instante de tomar decisiones.


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