viernes, 31 de julio de 2015




se lleva la mano al pecho y piensa en galaxias,
en una constelación de lunares alineados a libre voluntad,
en la libertad, como dice aquel poema, de dos que se aman.
Se lleva la mano al pecho y sabe que aunque mucho antes de conocerte 
ya llevaba él el timón de su vida haces falta, marinera, patrona,
discreta y astuta a la hora de conquistar territorios.
Que, como flor que florece a destiempo, algo de misionera tienes.



con mi mano joven tocaré tu piel
y lo que a nuestro alrededor 
quede erguido, en pie, como mostrando 
orgullo o esperanza, será lo que me corresponda.
Como una pena temerosa que se marcha, 
pendientes de una entrada de invierno
imperdonable o el inexplicable llanto.