cuatro noches después
mamá y yo estábamos fumando un cigarrillo en la calle
y mamá vio una estrella fugaz, desde entonces no he vuelto
a pedir un deseo. Esa misma noche pude ver pasar
varias horas en el reloj y en lo poco que logré dormir soñé
que estábamos en una feria. Y vimos volar una atracción
por el aire víctima de las despedidas sin adiós y de no saber
aceptar que eres feliz en los brazos de otro hombre.