es seguro que esta noche
no puede bajar la luna
cómplice de qué estoy mirando.
Posible es que no estén
los cuerpos preparados
y no hay persona que pueda
atestiguar mi escapatoria
cuando yo la mire, tentadora
y sensata, adentrándose
obligatoriamente florecida
obligatoriamente florecida
en la necesidad de soñar bonito
todos los días de la vida
y cien vidas de mariposa.