domingo, 23 de noviembre de 2014



I

Cual indescifrable misterio corporal
         buen amigo
de la vena por la que corre 
la fuerza con la que se abandona,
        el mosquito imperecedero
que
tan cordialmente me acompaña
en esta noche de llanto
        inadvertido,
pues
       me estáis dejando solo.


II

Si sales
al campo no toques las farolas

III

            Y luego pienso que te quiero.




RESPECTO A LAS ARISTAS




dejaré todas las puertas
abiertas al tiempo para cuándo.
Abandonaré, en forma de recuerdo
y borraré mis huellas dónde. Y
creeré, con los ojos más cerrados
que abatidos, mis métodos
cotidianos por cómo.


O esperaré a que ambos sepamos la verdad.