jueves, 27 de octubre de 2016




12

Siento que me he perdido 
en un bosque de cuyos árboles 
pendientes sus ramas decididas,
que de tanta realidad arderá 
muy lejos de los hombres, como 
un primer amor. Animales 
incrustados en sus cortezas
-expuestos a la posibilidad
como ventana y viento-
simulando miedo y rendición.
Tengo agujetas en los ojos
de poesía contemporánea,
y entiéndase que me duelen,
que me duele salir de la cama 
horrorizado de aquel fabuloso 
sueño, en cualquier cama 
salvo en la mía, sobre el primer 
bosque de mi vida. Y vivo,
como de un segundo amor.