miércoles, 10 de septiembre de 2014






de la flor de las heridas
sus pétalos de luz
revelan un arma a mi defensa,

si reconozco tu alegría
en las manos de otro hombre
que también te ama.




..


I

Presurosos los recuerdos
que me vienen,
que no se abaten,
que no abates ni abatimos,
si no vienes.

Algo relajante y persuasivo
es que a mi suerte pudieras
venir un par de días
cada semana.

II

Desconcierta la falsa necesidad
de tenerte a todas horas,
cuando de pronto vienes,
y te siento cerca,
y algo augura que he sufrido
en balde toda tu ausencia.