lunes, 10 de noviembre de 2014





ahora que decir te quiero es decir palo santo 
y si te despojo del pánico 
tú me pagas con pánico; Ahora 
que he expuesto mi susceptibilidad 
a un hombre que se pasó toda la tarde 
hablando del infinito, que
por no decir claramente
que no entiende mi poesía
dice haber hallado la fórmula
para reunirnos con nuestro centro,
un hombre que se parece mucho a la lluvia
puede aclamar con las manos
la energía y vosotros, feligreses
afectados, teméis negarlo.
Oigo hablar a una mujer del oro
de los locos, la misma mujer
que sobre mi cabeza ha colocado
esta ramita arrebatada
de su fiel raíz protectora, su madre,
la que nunca le
fallaría, en forma de corona.




.



cuando hablo
de lo más fatídico todavía 
hablo de ser la tercera arista 
del triángulo altivo. Ser 
la pieza clave en la mentira. 
El engañador, si así puédesele 
llamar y me entendáis.
Cuando hablo 
de lo más fatídico todavía 
os estoy haciendo cómplices 
de mi juego desordenado, 
naipes de cartón piedra 
ladera abajo lentamente 
como la vergüenza como 
si no quisiera, en el que 
cada noche vivo a expensas 
de un brillo de luna.