1.
Algo como una corriente de aire frío
azotó la parte izquierda de mi cabeza, y
un silbido que no era el viento penetró sin lástima
las paredes de la alcoba donde lo recuerdo todo
con curiosa fluidez de invierno. Qué
si es a partir de ese día que me nombro niño bueno,
niño bueno sin miedo a la locura porque
interpreta el miedo de una manera obligatoriamente
distinta o fantasea con la importancia
de esconder en sus poemas lo que en otra
situación a ella hubiera emocionado.