viernes, 16 de enero de 2015




sueñan sus dos ojos tristes
que la vida es lugar oscuro, pozo sin fondo,
y porque está solo, teme la profecía.
En su soledad, párpados cerrados
sueña que una pena inmensa le hace poeta. 
Nadie viene a curar la flor de su herida.
Sueña que necesita una mujer
que recoger quiera lo que él le entrega,
teniendo tan poco que ofrecer, sueña.
Sueña un cristal callado, un balcón
florido, sueña la noche con su silencio
y espejo que romper la carne no pudiera.
Al despertar, encuentra que lo que
le perturbaba, no es más que la raíz
misma, luz del día, un comienzo.