¡Quién pudiera creer en un dios
por entender mi desatino,
perdonar pecados que nadie ha cometido,
por entender mi desatino,
perdonar pecados que nadie ha cometido,
enfermedad de otro que sufro yo!
¡Quién pudiera, como tú, y como
el diamante en bruto, tener la pureza!
¡Quién fuera hombre solitario
en la tierra,
desamparado hacia el sueño preferido,
en la tierra,
desamparado hacia el sueño preferido,
con la codiciosa necesidad
cual ventisca codiciosa de tenerte a todas horas,
de traerte para ser tu único amante o amigo!
de traerte para ser tu único amante o amigo!