martes, 18 de agosto de 2015




de torres más altas he sabido
que su caer, si caían, no fue siempre
más que un intento vano por obtener
una mínima parte del logro merecido.
Erguidas, siempre ensombreciendo 
el mérito, cerca de los semejantes
era caer lo que todos creían. Era buscar
el sentido al poema. Las cosquillas al gato.
En el amor hizo estragos
nuestra mala fe, pero bebíamos.
Gobernando el agua, era buscar la lágrima
en el ojo ajeno cuando ya una mujer
hubo permanecido intacta y sin daño.



temía que hubiera sido por amor, y me vendé los ojos.
Nunca más como aquella noche en que fui yo
quien buscó auxilio, en que culpé a mis manos inocentes
victimas terribles de la incongruencia de sus propios temores.
Hasta entonces lo que dolía era de todos, pero nadie podía verlo.
Olvidé solicitar anestesia general para mi cuerpo.



ya hay una tarde concertada para rendirme a tu inmenso
perfume. Perfume de lo ajeno, de todo lo que un día nos prohíben.
Para que abandone si quiere la tarde su gesto elemental
y ocasamente Buena desobediencia aclame / Falsa manera de consuelo 
tu figura si algo augura la posibilidad de engaño.
Independientemente y no es por esto que todavía lloro antes de dormir
las personas como yo primeramente merecen soledad.



adolezco de inútiles pesares
viejos conocidos a los que nunca he visto.
Convivo con ellos, con ellos muero.
Sutil y enfermizo celo cual sol 
que siempre fue mujer, hábil, perfecto.
De tangibles temores adolezco,
sólo cuando mis ojos, si no te veo.
Entonces duermo, que me amas,
y cierro los ojos, y suspiro.



mientras tú duermes, ajena 
a sus muestras de cariño un niño 
sueña abandonar su niñez, adelantarse 
al tiempo enemigo sobrevalorado. 
Trabajadora, cansada tras la dura jornada. 
Otra vez ajena al canto tardío, por ti,
de unas últimas y generosas cigarras.



esta es la hora en que se marcha mi madre y la casa se queda sola
y yo me quedo solo con la casa  Con la inseguridad  Con la desconfianza

Seguramente es esta la hora en que pienso en la remota posibilidad
de no haberte conocido  En qué sería yo  Qué poema sería

Cómo mis métodos cotidianos  Cómo mi manera de comer sin gana.



quiero cargar mis méritos 
y mis logros a espaldas de una mujer, 
que sus manos sostengan mi alegría
quiero ser su juguete preferido 
y sobretodo quiero 
que se me acepte como soy.