viernes, 18 de octubre de 2013




la avispa inocente que se nos ha colado 
ignorando lo que tenemos, como si lo nuestro 
fuera mejor que lo suyo. 
Amarilla inteligencia y negra desesperación.

Y mi madre, la mano amiga, la que sabe 
a quién acudir y también quién la llama, 
que todos son hijos suyos 
y que extiende una servilleta, y la deja subir.

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