lunes, 18 de noviembre de 2013




cuando no quede en tus ojos
una luz que me levante al cielo
y ya no vengan a mis labios los suspiros.
Cuando sólo sea el desamparo mi luz temprana
y no brille en las mejillas izquierdas el recuerdo.
Cuando se marchen estos pajaritos cantores
y no quede esperanza
de que todo lo que entregué se me devuelva.
Entonces, Candelita mía, yo me marcharé conforme,
y buscaré y no encontraré consuelo
en el hombro de ningún hombre,
porque sólo eras tú quien me quería.

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