domingo, 21 de septiembre de 2014

Diré que fue un sueño por descuido.



el gran susto. Dos veces en cada gota
absorbiendo la extensión de mis brazos
con una fuerza monstruosa,
me golpean si me acerco lo suficiente.
En cada gota dos cuerpos
cuyo decisivo agujero ilusorio alimentas
a base de buenos miedos. Siempre
en soledad, tenía los únicos ojos blancos
y no estaba dormida, los vivos nunca están durmiendo,
inamovibles como sus temores
están siempre llorando lo que no se sabía,
casualmente y después de todo
por la necesidad de grupo o de aceptación.


Única sustituta de la voz auxiliadora,
iconográficamente
una rosa entre esa fina línea entre
su ojo y su mejilla despierta, nos mira,
y espera.

..

No hay comentarios:

Publicar un comentario