pretendemos comprender la infiel estampa
en una alcoba general
e igual parecemos candela que cerilla,
igual fulgor que apague, igual
que lustro instante.
Como flores
silvestres nos desprendemos
acudimos a la fuente
y si tenemos miedo
no lloramos la indiferencia,
basta una sonrisa
para perdonarnos lo perdonable.
Si estamos solos no lo estamos tanto.
Si permanecemos
fieles a la derecha está la luna.
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