sábado, 6 de diciembre de 2014




es seguro que esta noche 
no puede bajar la luna 
cómplice de qué estoy mirando.
Posible es que no estén 
los cuerpos preparados 
y no hay persona que pueda 
atestiguar mi escapatoria 
cuando yo la mire, tentadora
y sensata, adentrándose 
obligatoriamente florecida
en la necesidad de soñar bonito
todos los días de la vida
y cien vidas de mariposa.

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