si no pueden darme amor denme silencio,
pues otra vez me he dejado desbocar
por la mala costumbre de no despedirme
de la gente que me quiere, de dejarla sola
cuando más están doliendo sus heridas.
La quiero pero nunca está. La quiero, pero
así no puedo. Qué falsas maneras de consuelo,
ningún rostro muestra arrepentimiento como
el mío en el momento de emprender la huida.
Callen mi boca, átenla fuerte, denle veneno.
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