sábado, 7 de marzo de 2015




no era yo, ni tú. No éramos nosotros.
Era que probablemente estos fueran mis últimos miedos.
Era mi costumbre de jurar tu nombre a todas las cosas que me importan.
Era la posibilidad de poder ser amigos después del amor.
Era que tú me enseñaste a abrazar primero.
No era yo, ni eras tú. Era vernos en mi casa para llorar.
Éramos así por el dolor de todos.





(Girasoles en estación de servicio. Ediciones en huida. 2015)

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