martes, 18 de agosto de 2015




temía que hubiera sido por amor, y me vendé los ojos.
Nunca más como aquella noche en que fui yo
quien buscó auxilio, en que culpé a mis manos inocentes
victimas terribles de la incongruencia de sus propios temores.
Hasta entonces lo que dolía era de todos, pero nadie podía verlo.
Olvidé solicitar anestesia general para mi cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario