lunes, 26 de septiembre de 2016




sí, sé que la vida es hermosa, 
pero yo quisiera estar durmiendo 
un sueño largo, el magnífico
sueño de los espejos y de las 
arboledas grandes donde se 
duerme para que a uno le sigan
queriendo, donde se cuentan
los sueños por miedo a que se
cumpla o no la profecía. Dormir
un sueño largo, de los que sueñan
los hombres que tienen alas
que no han utilizado todavía, y
que abrir los ojos no implique
el llanto cotidiano.





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