antes de no existir. Antes de hacer
como que existía ya se reía de nosotros:
pero hazlo con cuidado, decía, y se le
llenaba la boca de ese ininteligible
hazlo con cuidado. Nunca supimos
qué quería decir. Sólo un sabor amargo
en nuestros labios malacostumbrados
nos recuerda a diario que nunca existió,
súplica a súplica, derrota tras derrota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario