miércoles, 18 de diciembre de 2013




estás mirando mis árboles
como si quisieras cambiar de sitio la naturaleza
o asignarle otro dueño. Muéstrame 
que tus cabellos no van a ahogarme,
que hasta tu pensamiento llega mi cuello.
Que no se ablandarán mis cicatrices
porque ya estoy libre de pecado y de recuerdo.
Mírame sincera, y si eso te conviene, 
sincera dime tus cuatro verdades, 
pero con más dolor, yo, ya no puedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario