Una noche me dio
por llorar
primero sólo una.
Cabellos de todos los colores
me arropaban
mientras me cantaban:
No soy ningún sueño
soy lo que te queda
por olvidar.
Después siempre salía el sol.
Cada mañana
veía luces recién hechas
pero yo sabía
que no eran de verdad.
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