domingo, 29 de junio de 2014




en un intento de entender mi silencio
lo revelador de un cielo gris
que no ha arrancado
todavía,
en una tarde como esta,
cuando pienso en los poemas
que quiero escribirte,
en los papeles rotos
y en los abandonados con rabia
ante la resignación 
de la que se proclama
la tormenta más barbara.
Lo siniestra que resulta
la posibilidad de tener un sitio
para escribir al lado tuyo.
Y lo profundamente amoroso
de saber que, por ti,
sí abandonaría para siempre
la poesía.

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