lunes, 4 de agosto de 2014
él creía
que pensar en ella
era salvarse. Habitar el cielo
El único cielo con propietario.
Magias nuevas
Desvelar sus misterios.
Ausentes, sólo cuando estaban
ausentes ella le miraba.
Él la miraba a ella.
Largo rato hasta responder porqués
incontenibles. Podía
mirarla sin miedo
Usurpadores de la ausencia
ellos pisaban sus caminos
y bastaba un leve suspiro
del que con la frente en alto
y voluntariamente agoniza
después de una tarde
ensimismados en cada detalle.
Sin luces ni sombras
afuera de sus cuerpos.
En cada lunar
en cada cifra de un reloj
que marca el tiempo
que resta. Ocasamente
y despacio se encontraban.
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