mira qué tiernos son otra vez los hombres un domingo
y qué dulzura cuando en una noche como esta
me sumerjo en el dulce sabor de un cocktail tropical
que nunca había probado, por no decir Te quiero a destiempo,
mientras tú disfrutas un delicioso batido de fresa
y me hablas de tu pueblo, todo esto testigo de nuestra amistad,
y vuelvo a ofrecer mi mano y reconozco la ilusión
como ilusión primera, como si hubiera olvidado mi pasado
o no supiera que tengo un pasado digno de olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario