viernes, 20 de abril de 2018




Son las primeras horas de la mañana, 
decenas de gorriones, alegres y jocosos 
se detienen en uno y otro cableado,
cada uno porta el desayuno que ha elegido.
Si se mira bien puede apreciarse 
cómo la miga de pan se despeña, ahora 
el alimento está en territorio de todos.
A ojos más fáciles son migajas de lo que 
será el día de hoy. En el aire azul ocupan 
el lugar de las máquinas de guerra.
Podríamos ser como ellos.

Con sus cantos agudos me lo cuentan, 
y yo escribo el poema.




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