jueves, 31 de mayo de 2018
te me pareces
al vaho de los espejos.
Tienes esa gracia
del breve cosquilleo
de la gota de agua que,
apenas te ha rozado,
pubis abajo después de la ducha,
ya parece que tiene que irse.
Y me preocupa
tanto no saber a quién acudir,
quién me llama cuando,
lejos mis manos
de aquella última humedad
del sexo, tengo
que serenar mi corazón
y pensar,
por los niños,
en mañana,
que me siento en el suelo,
frío, y hundo la cabeza
entre las rodillas
y descubro
que es hermoso
ese estar
a solas conmigo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario